lunes, 11 de abril de 2011

La Unión Espiritual Entre Dios, Los Maestros Espirituales y Los Kumites

Durante la remota era Divina, Kamnagara, la toma de conciencia o comprensión (satori), significaba eliminar la distancia entre Dios y los seres humanos. Somos hijos de Dios porque todos hemos sido bendecidos con una parte del alma de Dios. Cuando alcancemos este nivel de comprensión, no habrá diferencia alguna entre la voluntad de Dios y nuestras acciones, es decir, seremos uno con Dios.

La humanidad se halla en un nuevo período de la historia. Dios nos ha concedido el Arte de Mahikari y nos ha revelado los Principios Divinos. Nos ha brindado el honor de servirlo como sus representantes. En otras palabras, nos ha proporcionado la oportunidad de participar en el plan divino. Nos permite recibir su Luz y transmitirla a los demás. En definitiva, podemos practicar porque estamos conectados directamente a Dios. Cuando progresemos espiritualmente, nuestra unión con Dios será como si compartiésemos un mismo cuerpo. Dios es la cabeza (cerebro) del cuerpo y nosotros el torso, las manos y los pies. Dios es la fuerza originaria del establecimiento de la civilización paradisíaca y nosotros, los seres humanos, hemos recibido la misión de materializarla en el mundo físico, sirviendo a Dios como sus manos y sus pies.

Cuando nuestra conciencia alcance ese nivel, podremos conseguir la verdadera unión con Dios. Podremos convertirnos en semidioses y será difícil diferenciar si somos dioses o seres humanos. Hemos despertado a nuestra naturaleza divina como hijos de Dios. Cuando nuestra forma de vida esté en completa armonía con el medio ambiente y los latidos de nuestro corazón estén en unísono con el universo, nuestra vida será una con el universo, una con Dios.


Fuente: Revista Sukyi Mahikari en japonés, N| 537-Junio de 2.007.

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