Eleguá es la protección primera, ya que es el quien abre los caminos para continuar en la religión.
Los no iniciados o aleyos deben recibirlo o consagrarlo como primero. Se convierte en un guerrero temible cuando se une a Oggún y Oshosi, nada lo detiene. Además es uno de los primeros Oshas u Orishas que se recibe.
Vive en la mayoría de los casos detrás de
la puerta, cuidando el ilé de quien lo posee. Dueño absoluto de los
caminos y el destino, es quien cierra o abre el astral para la felicidad
o infelicidad de los seres humanos.
Características
Su número es el 3.
Sus colores el
rojo y el negro.
El lunes y los días 3 de cada mes son sus días.
En el
sincretismo se compara con el Santo niño de Atocha (1ro de enero).
Elegguá habla por todos los odú por este pertenecerle, pero fundamentalmente lo hace por Oddi, Okana Sode y Ojuani Shogbe.
Eleguá
se asienta en una otá (piedra), otá conchífera, de arrecife, otá con
carga, caracol cobo con carga, un coco seco o de masa con carga.
Se
coloca en una vasija plana, sus atributos son los cascabeles, un
garabato (bastón) de guayaba, una trampa de ratón, monedas, juguetes de
niño como las bolitas, pitos, matracas, sombrero de guano o paja, una
maraca pintada con sus colores.
Sus elekes (collares) son de cuentas rojas y negras alternadas.
El objeto de poder de Elegguá es el garabato.
Ofrendas a Eleguá
A Eleguá se le inmolan chivos, gallos o pollos, pollitos, jutías,
ratones negros o rojos. Su tabú son las palomas, pues lo debilitan,
excepto a algunos caminos particulares donde si las admiten.