martes, 24 de enero de 2012

El Elefante Sagrado

En la mitología hindú, la cabeza de elefante del dios Ganesha es el resultado de una espantosa tragedia. Hace mucho tiempo, la diosa Parvati, esposa de Shiva, dio a luz a Skanda, su primer hijo. Fue tal su alegría, que de sus senos empezó a manar leche sagrada. Con la mezcla de ese néctar divino y la pasta de sándalo con la que se untaba el cuerpo, la diosa modeló a su segundo hijo, Ganesha, a quien confió la protección de su palacio. Lleno de celo, Ganesha impidió al mismo Shiva que accediera a la morada de su esposa.

Presa de una cólera terrible, Shiva cortó allí mismo la cabeza del joven testarudo. Parvati, desesperada por este acto de barbarie, amenazó con destruir todo el universo. Para apaciguar el rencor de su esposa, Shiva le prometió que cortaría la cabeza de la primera criatura que pasara cerca del palacio y la colocaría en el cuerpo del divino niño. Esa primera criatura fue un elefante que paseaba por el lugar y así es como terminó con una cabeza de elefante encima de un cuerpo de niño.

jueves, 19 de enero de 2012

La Autoobservación para Autodespertarse

“Todo ser humano puede llegar a la experiencia de la realidad. Todo ser humano tiene derecho a las grandes vivencias del espíritu, a conocer los reinos y las naciones de las regiones moleculares y electrónicas.

Todo aspirante tiene derecho a estudiar a los pies del Maestro, a entrar por las puertas espléndidas de los Templos de Misterios Mayores, a conversar con los brillantes hijos de la aurora del Maha-Manvantara de la creación cara a cara.

Con todo, hay que empezar por despertar la conciencia.

Es imposible estar despiertos en los Mundos Superiores si aquí en este mundo celular, físico, material, el aspirante está dormido. Quien quiera despertar la conciencia en los mundos internos, debe despertar aquí y ahora, en este mundo denso.

Si el aspirante no despertó conciencia aquí en este mundo físico, mucho menos lo hará en los mundos superiores.

Quien despierta conciencia aquí y ahora, despierta en todas las partes. Quien despierta conciencia aquí en este mundo físico, de hecho y por derecho, permanecerá despierto en los Mundos Superiores.

Lo primero que se necesita para despertar conciencia es saber que se está adormecido.

Eso de comprender que está durmiendo es muy difícil, porque normalmente todas las personas están absolutamente convencidas de que están despiertas.
Cuando un hombre comprende que está adormecido, inicia entonces el proceso del auto despertar.

Estamos diciendo algo que nadie acepta. Si a cualquier hombre intelectual se le dijera que está adormecido, podéis estar seguro que podrá ofenderse.
Las personas están completamente convencidas de que están despiertas.

Las personas trabajan adormecidas, soñando... manejan carros adormecidas, soñando... se casan adormecidas, viven adormecidas, soñando... y no obstante, están totalmente convencidas de que están despiertas.

Quien quiera despertar la conciencia aquí ahora, debe empezar por comprender los tres factores subconscientes llamados: identificación, fascinación y sueño.

Todo tipo de identificación produce fascinación y sueño.

Si vamos andando por la calle, de repente nos encontramos con una multitud que está protestando enfrente del palacio del señor Presidente.

Si no estamos en estado de alerta (auto-observación) nos identificamos con el desfile, nos mezclamos con la multitud, quedamos fascinados y a seguir viene el sueño: gritamos, lanzamos piedras, hacemos cosas que en otras circunstancias no haríamos, ni por un millón de dólares.

Olvidarnos de nosotros mismos es un error de incalculables consecuencias. Identificarse con algo es el cúmulo de la estupidez porque el resultado es la fascinación y el sueño.

Es imposible que alguien pueda despertar conciencia si se deja fascinar, si cae en el sueño."

Samael Aun Weor

Para despertar del sueño en que se encuentra sumergida la humanidad es necesario autoobservarse para empezar a autodespertarse que sería el primer paso en el proceso del despestar la conciencia.

lunes, 9 de enero de 2012

Interesante artículo Sobre La estrella de Belén

ROMA, sábado 7 enero 2012 (ZENIT.org).- Este viernes 6 de enero se celebró la fiesta de Epifanía, del griego “aparición”, “revelación”, que conmemora la llegada de los Reyes Magos a Belén en tiempos del rey Herodes para rendirle homenaje al “Rey de los Judíos” con dones de Oro, don reservado al rey, Incienso, símbolo de la divinidad, y Mirra, señal de su humanidad.

Esta es una fiesta que hemos recibido del Oriente: se tiene noticia a partir del 215, fecha que corresponde fundamentalmente a nuestra Navidad. Con el tiempo, sea en Oriente como en Occidente, la fiesta se convierte en día teofánico, dedicado al bautismo de Jesús. Solo más tarde, y en algunos lugares, respecto al bautismo predomina el misterio de otra teofanía, es decir aquella de los Magos, consolidada cada vez más en el tiempo, hasta llegar a nuestros días.

Básicamente no existe ningún documento cierto que atestigüe cuál fue la procedencia de estos personajes, cuántos fueron realmente, cuáles fueron sus nombres (algunas fuentes, en efecto, hacen referencia a nombres diversos respecto a los de Melchor, Baltasar y Gaspar), pero sobre todo, ¿qué hicieron después de su aparición en la historia de la Navidad?

En el Milione, Marco Polo afirma haber visitado las tumbas de los Magos en la ciudad de Saba, en Persia, considerada su ciudad de origen, confirmando también los tres nombres arraigados, así como el hecho de que estaban depositados dentro de tres tumbas distintas, aún incorruptos, con barba y cabellos. El beato Odorico de Pordenone, quien estaba en 1320 justo en esa región, convalidaría lo narrado por Marco Polo.

De los Magos se habla en el Evangelio de Mateo (2,1-12), considerada la fuente más acreditada, así como en algunos evangelios apócrifos, además de la profecía de David, que hace referencia de los Magos ya en el Antiguo testamento.

Es casi unánime la identificación de estos personajes como pertenecientes a una casta sacerdotal persa, estudiosos de la astronomía y la astrología, y discípulos íntimos y custodios de la doctrina de Zoroastro. La creencia arraigada de que fuesen reyes tiene como origen la profecía del salmo 72 que dice: “Los reyes de Tarsis traerán consigo tributo”, y no menos el hecho de que los dones ofrecidos por ellos tuvieran un valor poco común, que bien podríamos definir como de la realeza.

También hay un buen consenso en considerarlos originarios de Mesopotamia, Persia y Caldea. Un dato es cierto: luego de la adoración del Niño Jesús, no se tuvo más noticia de los Magos. “Y, avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se retiraron a su país por otro camino”: así se concluye el episodio relativo a los Magos en el evangelio de Mateo. Existen algunas historias, leyendas y relatos, pero nada de cierto.

Después del Nacimiento, los tres reaparecen solamente “estando muertos”. Los testimonios refieren que los cuerpos fueron recuperados en la India por santa Elena y portados a Constantinopla; llegaron después a Milán, en el periodo de las Cruzadas, permaneciendo hasta 1164, año en que fueron transferidos por Federico Barbarroja a Colonia y reposan en la catedral, donde hasta ahora son cuidados y venerados por los numerosos peregrinos.

Si históricamente no tenemos muchos documentos relativos a la identidad de estos curiosos personajes, no se puede decir lo mismo de lo que concierne al fuerte valor simbólico de este hecho. La llegada de los Reyes Gentiles, es en efecto, fundamental para el cristianismo, en cuanto fueron los primeros en reconocer al Salvador y justamente echaron las bases al nacimiento de la Iglesia cristiana. La nueva Ecclesia, por tanto, es generada por los súbditos de los Reyes Magos, diversos respecto al pueblo elegido, en cuanto paganos, los llamados no circuncisos. Se dice también que, en cuanto sacerdotes del dios Ahura Mazda, siguiendo la “lectura” del cielo, habrían rastreado y reconocido a su Salvador universal, convirtiéndose así, ellos mismos, en el enlace entre el cristianismo naciente, y los cultos mistéricos orientales (en la antigüedad se creía que los sucesos importantes eran preanunciados por fenómenos celestes en particular).

Para algunos, los Reyes Gentiles podrían indicar las tres razas humanas, descendientes de los tres hijos de Noé, es decir, Sem, Cam y Jafet. Cardini dice que los Magos son el símbolo de la edad del hombre y de la dimensión del tiempo cósmico, expresión por lo tanto del presente, pasado y futuro que giran en torno a Cristo Kosmokrator y Kronokrator. Marsilio Ficino, en cambio, describe los dones de los tres Magos como dones dedicados al “Señor de las estrellas de parte de los tres Señores de los planetas” (Oro=Júpiter; incienso=Sol; mirra=Saturno). Los tres dones pueden representar también los tres continentes de la antigua tradición (Europa, África, Asia). Este mito, en suma, trae consigo múltiples significados e interpretaciones.

El solo hecho que todo haya provenido de Oriente es ya un indicativo. Oriente es la tierra de donde surge el sol, donde la luz se difunde y de donde Dios ha venido al mundo. Por lo que buscar la luz, también en la misma representación artística, se transformaba en el discurso metafísico de la búsqueda del sumo bien, del Absoluto y por ende de Dios. Debemos recordar también que cuando se habla de mito (del griego mythos, esto es relato) se entiende como un relato sobre el origen de alguna cosa o persona.

A veces la imagen de los Magos y su historia, ha sido interpretada como metáfora del viaje que cada cristiano debe emprender en la propia vida para llegar a la “Jerusalén Celeste”. Son muchas también las representaciones artísticas, realizadas en torno a la mitad del siglo XV, que son portadores de aquellos valores de caballería, que simbólicamente representaba el viaje interior que cada caballero debía emprender en el transcurso de su propia vida para alcanzar la pureza interior.

Se necesita tener en cuenta que incluso en los cuentos de hadas y en las fábulas para los niños, transmitidos por siglos y siglos --que con el pasar del tiempo no están exentos de manipulaciones fantásticas--, siempre hay algo de verdad, algo que existe y que tiene que ver con la realidad. Las cosas, al fin y al cabo, no nacen de la nada. El mito, por lo tanto, es algo que, sin importar cuán convincente sea, nos fascina, en cuanto trasciende al hombre como tal --ser finito--, que aspira al infinito, siempre en la búsqueda de cualquier cosa que pueda llenar aquel permanente vacío interior que cíclicamente se le presenta en el transcurso de la propia vida, y que nunca logra colmar definitivamente. Un vacío que solamente Dios está en grado de llenar, y la historia de la humanidad es una prueba tangible. Un vacío interior, o si se prefiere la falta de un sentido, hizo que los Magos lo colmasen eligiendo seguir aquella estrella, esa estrella que los condujo hacia la luz, aquella luz que ha iluminado al mundo y que cambió el destino de la humanidad y del hombre mismo.

Por Pietro Barbini

Traducido del italiano por José Antonio Varela

viernes, 6 de enero de 2012

Los Reyes Magos

Los Reyes Magos, también conocidos como los Reyes Magos de Oriente(Melchor, Gaspar y Baltazar), tras el nacimiento de Jesús, habrían acudido desde sus países extranjeros para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica.

La figura católica de los Reyes Magos tiene su origen en los relatos del nacimiemto de Jesús, algunos, fueron integrados de los evangelios canónicos que hoy conforman el Nuevo Testamento de la Biblía, concretamente el Evangelio de Mateo y la única fuente bíblica que menciona a unos magos (aunque no especifica los nombres, el número, ni el título de "Reyes") quienes seguian una supuesta estrella, buscaban al "Rey de los Judios que ha nacido", guiándolos dicha estrella hasta Jesús nácido en Belén, y a quien ofrecen ofrendas de oro, incienso y mirra.

lunes, 2 de enero de 2012

Obediencia en Dios

Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios.


El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.


El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y esta no se movía.


Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido.


Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.
Satanás le dijo: ¿por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible?.
Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente.


El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? ".


El Señor le respondió con compasión: Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.

Ahora vienes a mi sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.

Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca