viernes, 27 de mayo de 2011

Nueva Era

Es una forma de pensar y actuar, con la intención de cambiar al mundo. Las personas involucradas en el pensamiento de La Nueva Era son personas que creen que es posible un mundo mejor a través de la unificación de las religiones
El dogma tiene tres significados según el diccionario de la lengua española:
1. Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia.
2. Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia.
3. Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.
La Nueva Era representa el nacimiento de una nueva conciencia, una especie de apertura mental de tolerancia, fraternidad, reconciliación y una nueva manera de ver y de vivir la vida.

La Nueva Era constituye una cultura emergente que enseña al hombre a conocerse a sí mismo como hijo de Dios. Promueve esta idea la unión fraternal de todos los hombres, así como también el cultivo del amor por la naturaleña y hacia todas las criaturas vivientes, además de la práctica de los valores humanos y del bien, que conducen indefectiblemente a las correctas relaciones humanas.

La Nueva Era es un crecimiento espiritual sin fronteras religiosas, donde no importa la creencia de cada quién, sino, la fraternidad y el amor que se pueda dar atodos sin distingo.

Es por consiguiente una forma de convivencia que apunta hacia la espiritualidad. Una de las ideas básicas de la Nueva Era es que toda la realidad visible, el hombre incluido, se reduce a una energía cósmica. De acuerdo a esto, mientras el cosmos esté en fase evolutiva, su energía se manifiesta de muchas formas: una piedra, el viento, la mente humana, etc.

jueves, 19 de mayo de 2011

Martín Lutero

Teólogo alemán cuya ruptura con la Iglesia católica puso en marcha la Reforma protestante (Eisleben, Turingia, 1483-1546). Contrariando la voluntad de sus padres, Martín Lutero se hizo monje agustino en 1505 y comenzó a estudiar Teología en la Universidad de Wittenberg, en donde se doctoró en 1512.

Siendo ya profesor comenzó a criticar la situación en la que se encontraba la Iglesia católica: Lutero protestaba por la frivolidad en la que vivía gran parte del clero (especialmente las altas jerarquías, como había podido contemplar durante una visita a Roma en 1510) y también el que las bulas eclesiásticas -documentos que teóricamente concedían indulgencias a los creyentes por los pecados cometidos- fueran objeto de un tráfico puramente mercantil.

Las críticas de Lutero reflejaban un clima bastante extendido de descontento por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media por otros reformadores que se pueden considerar predecesores del luteranismo, como el inglés John Wyclif (siglo XIV) o el bohemio Jan Hus (siglo XV). Las protestas de Lutero fueron subiendo de tono hasta que, a raíz de una campaña de venta de bulas eclesiásticas para reparar la basílica de San Pedro, decidió hacer pública su protesta redactando 95 tesis que clavó a la puerta del castillo de Wittenberg (1517).

La Iglesia hizo comparecer varias veces a Lutero para que se retractase de aquellas ideas (en 1518 y 1519); pero en cada controversia Lutero fue más allá y rechazó la autoridad del papa, de los concilios y de los «Padres de la Iglesia», remitiéndose en su lugar a la Biblia y al uso de la razón.
En 1520, Lutero completó el ciclo de su ruptura con la Iglesia, al desarrollar sus ideas en tres grandes «escritos reformistas»: Llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y Sobre la libertad cristiana. Finalmente, el papa León X le condenó y excomulgó como hereje en una bula que Lutero quemó públicamente (1520).

Desligado de la obediencia romana, Lutero emprendió la reforma de los sectores eclesiásticos que le siguieron y que conformaron la primera Iglesia protestante, a la cual dotó de una base teológica. El luteranismo se basa en la doctrina (inspirada en escritos de san Pablo y de san Agustín) de que el hombre puede salvarse sólo por su fe y por la gracia de Dios, sin que las buenas obras sean necesarias ni mucho menos suficientes para alcanzar la salvación del alma; en consecuencia, expedientes como las bulas que vendía la Iglesia católica no sólo eran inmorales, sino también inútiles.

Lutero defendió la doctrina del «sacerdocio universal», que implicaba una relación personal directa del individuo con Dios en la cual desaparecía el papel mediador de la Iglesia, privando a ésta de su justificación tradicional; la interpretación de las Sagradas Escrituras no tenía por qué ser un monopolio exclusivo del clero, sino que cualquier creyente podía leer y examinar libremente la Biblia, para lo cual ésta debía ser traducida a idiomas que todos los creyentes pudieran entender (él mismo la tradujo al alemán, creando un monumento literario de gran repercusión sobre la lengua escrita en Alemania en los siglos posteriores).

La extensión del luteranismo dio lugar a las «guerras de religión» que enfrentaron a católicos y protestantes en Europa a lo largo de los siglos XVI y XVII, si bien las diferencias religiosas fueron poco más que el pretexto para canalizar luchas de poder en las que se mezclaban intereses políticos, económicos y estratégicos. El protestantismo acabó por consolidarse como una religión cristiana separada del catolicismo romano; pero, a su vez, también se dividió en múltiples corrientes, al aparecer disidentes radicales en la propia Alemania (como Thomas Münzer) y al extenderse el protestantismo a otros países europeos en donde aparecieron reformadores locales que crearon sus propias Iglesias con doctrinas teológicas diferenciadas (como en la Inglaterra de Enrique VIII o la Suiza de Zuinglio y Calvino).

lunes, 16 de mayo de 2011

No hay cielo es un Cuento de Hadas

El reconocido científico británico Stephen Hawking, autor de “Una breve historia del tiempo”, cree que la idea del paraíso y de la vida después de la muerte es un “cuento de hadas” de gente que le tiene miedo a la muerte.

Así lo ha afirmado el científico más destacado del Reino Unido en una entrevista publicada hoy en el periódico británico “The Guardian”, en la que vuelve a poner énfasis en su rechazo a las creencias religiosas y considera que no hay nada después del momento en que el cerebro deja de funcionar.

Hawking resalta que su enfermedad -la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)- le ha llevado a disfrutar más de la vida a pesar de las dificultades que ello implica, ya que el mal que padece es neuro-degenerativo progresivo y le impide moverse y hablar.

“He vivido con la perspectiva de una muerte prematura durante los últimos 49 años. No tengo miedo de morir, pero no tengo prisa por morirme. Es mucho lo que quiero hacer antes”, dijo el científico.

“Yo considero al cerebro como una computadora que dejará de funcionar cuando fallen sus componentes. No hay paraíso o vida después de la muerte para las computadoras que dejan de funcionar, ese es un cuento de hadas de gente que le tiene miedo a la oscuridad”, señaló el ex catedrático de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de la Universidad de Cambridge.

En su entrevista, Hawking, de 69 años, resalta la importancia de disfrutar de la vida y hacer cosas buenas y se refiere también a las pequeñas fluctuaciones cuánticas, que en el comienzo del universo fueron las “semillas” que dieron paso a la formación de las galaxias, las estrellas y la vida humana.

“La ciencia predice que distintos tipos de universo serán creados de la nada y de manera espontánea”, agregó.

El científico, que habla con la ayuda de un sintetizador de voz, sugiere que sería posible descifrar nuestros orígenes con instrumentos modernos, que podrían ayudar a detectar antiguas huellas en la luz espacial dejada en los primeros momentos de la formación del universo.

Hawking, a quien en 1989 le fue concedido el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, ha trabajado durante toda su vida para desentrañar las leyes que gobiernan el universo.

Junto a su colega Roger Penrose mostró que la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein implica que el espacio y el tiempo han de tener un principio, que denomina “big bang”, y un final dentro de los agujeros negros.

Fuente: EFE

viernes, 6 de mayo de 2011

La Biblia

La Biblia expresa en palabras la mmente de Dios, el camino para que el hombre consiga su salvación, la condena de los pecados y la felicidad para los creyentes. Las doctrinas de la Biblia son santas, sus preceptos comprometidos, con historias reales y con decisiones inmutables. El que lee la Biblia es sabio, es salvo y podrá ser santo. La Biblia contiene la luz para guiar al hombre, para alimentarlo y aliento para su consuelo.

La Biblia es el mapa del viajero, el cayado del peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado y el itinerario del cristiano. En la Biblia se restablece el paraíso y se revelan las puertas del infierno.

Cristo es el gran tema plasmado en la Biblia. La historia de Jesús y su finalidad en la tierra. El porque Dios envió a su único hijo a morir por su creación el hombre.

lunes, 2 de mayo de 2011

Brahamanismo

Sistema religioso, moral y metafísico hasado en la concepción panteísta de la divinidad, y cuya fuente son los libros sagrados de los indios, escritos en el período de 1500 a 400 A.C.: los cuatro Vedas, los poemas Ramayana y Mahabarata, así como los tratados filosóficos de las distintas escuelas que constituyen un cuerpo de doctrina que ha perdurado a través de la historia para contar todavía con más de 280 millones de fieles.
Con la concepción eminentemente poética de los orígenes y función del mundo y de la divinidad, el brahmanismo consagró dos principios fundamentales y característicos: la división en castas y la metempsicosis. Para problar la tierra, Brahma engendró cuatro hijos: Brahmán, con la boca; Chatria, con un brazo; Vaisia, con un muslo; y Sudra, con un pie, y cada uno de ellos dio origen a una de las cuatro castas en que se dividió el pueblo indio: los brahmanes, a quienes correspondía el ejercicio del sacerdocio, la justicia y la medicina, clase privilegiada por excelencia, de la que procedían también los poetas y sabios; los chatrias, guerreros y magistrados; los vaisias, comerciantes, artesanos y agricultores; y los sudras, cuya suprema aspiración no podía ser otra que la de entrar al servicio de un individuo de las tres casta superiores, y cuya condición social sólo difería de la esclavitud en que no podían ser empleados en menesteres impuros, no se consideraban propiedad ni mercancía, y disfrutaban del derecho de herencia. Al margen de las castas vivían los parias, restos quizás de un pueblo vencido, víctimas de la degradación y del desprecio, y considerados socialmente inferiores al animal.
No obstante esta división de castas, el brahmanismo - o brahamanismo - acepta un mejoramiento sucesivo del alma, que se efectúa mediante la metempsicosis, y que está determinada por el valor de las buenas obras realizadas. Así, el estado físico de las almas, en la reencarnación, es el resultado de la conducta moral anterior. "Toda palabra, acto de pensamiento o del cuerpo lleva un fruto bueno o malo", dice el Código de Manú.
El Brahmanismo proclama una moral de paz; la protección del nió, la mujer, el enfermo, el débil y el anciano; la obediencia, la castidad, la modestia y la templanza; los deberes de hospitalidad y la prohibición del aborto, el suicidio, el juego, la calumnia, el perjurio, la embriaguez y condena la violencia contra toda forma de vida, así como señala rigurosas penitencias para los pecados, manifestaciones de un fanatismo religioso en que el ascetismo y el éxtasis son formas atenuadas.
De su seno nació el Budismo, que significó en cierto modo una reacción frente a su rigidez dogmatica y, principalmente, frente a la casta sacerdotal como depositaria exclusiva de la religión y de la ciencia.


Referencia: Religiones
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